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Es hora de un cambio de ruta
Aplaudimos las actualizaciones propuestas al marco internacional sobre los atributos de los graduados y las competencias profesionales de los ingenieros, y el reconocimiento de que los ingenieros deben evolucionar para hacer frente a los desafíos del siglo XXI. Pero falta un componente clave– para abordar los complejos problemas de este siglo, los ingenieros también deben poder reflexionar y pensar críticamente sobre el papel de la ingeniería en sí.
El movimiento Ingenieros Sin Fronteras está fundado en la creencia de la ingeniería como un ente habilitador crítico a un cambio positivo– que la profesión de la ingeniería puede y debe trabajar para lograr cambios que permitan que el planeta, incluidas todas las personas y los seres vivos, prospere. Establecida inicialmente en Francia a principios de la década de 1980 para enfocar las habilidades de ingeniería en la injusticia social, ahora existe una familia completa de organizaciones en todo el mundo con el objetivo colectivo de beneficiar a las personas y al planeta.
Como parte de este objetivo, muchos en nuestro movimiento global han identificado que la educación y el desarrollo de ingenieros es crucial para asegurar que toda la ingeniería se centre en crear un impacto positivo para todas las personas, ahora y en el futuro. Se ha expresado la preocupación de que la educación en ingeniería no prepara adecuadamente a los ingenieros con las habilidades necesarias para crear este impacto positivo, especialmente porque los problemas sociales y ambientales se han vuelto cada vez más complejos. Los impredecibles eventos de 2020, combinados con el cambio climático y la crisis de la biodiversidad que se avecina como telón de fondo, han intensificado estas preocupaciones. Existe una fuerte sensación de que existe una ventana de oportunidad limitada de diez años para trazar un camino positivo hacia adelante, y que si llegamos demasiado tarde, no podremos prevenir desastres.
La última revisión propuesta del International Engineering Alliance’s Benchmark for Graduate Attributes and Professional Competencies da grandes pasos para abordar estas preocupaciones. Al reconocer la necesidad de que los ingenieros ubiquen su trabajo dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, al enfatizar la diversidad y la inclusión, y al reconocer el potencial disruptivo de las tecnologías futuras emergentes, la revisión contribuye en gran medida a reconocer el papel que los ingenieros pueden y deben desempeñar para abordar los desafíos globales actuales.
Pero el marco se queda corto en el sentido de que no reconoce la necesidad de un cambio fundamental en la mentalidad de la ingeniería: la necesidad de que los ingenieros reflexionen y piensen críticamente sobre el papel de la ingeniería en sí.
En la revisión, la ingeniería continúa siendo promovida como un proceso no influenciado por valores sociales que conduce a una solución correcta, cuando en realidad es un proceso complejo incrustado en la sociedad que necesariamente implica navegar por cuestiones éticas y tensiones valorativas, emitiendo juicios con incertidumbre e información ambigüa, para adaptarlo al contexto. En otras palabras, la revisión no protege de manera adecuada — y en algunos puntos incluso perpetúa — una visión estrecha de la ingeniería, una que no reconoce completamente que la ingeniería en sí tiene un impacto y consecuencias graves para las personas y el planeta.
Pensar críticamente sobre la ingeniería incluye la capacidad de verla como parte potencialmente del problema. Como la práctica que sustenta los procesos en torno a la construcción, la producción y el uso de energía, el suministro de agua y alimentos, el transporte, las comunicaciones y la exploración espacial, por nombrar solo algunos, la ingeniería juega un papel clave en nuestra vida diaria y en nuestro futuro. Si bien ha resultado en avances increíbles para nuestra comodidad, salud y seguridad, también ha jugado un papel fundamental para llevarnos a las prácticas injustas e insostenibles que dominan el mundo de hoy.
Este tipo de reflexión crítica de su propio papel e implicaciones es esencial para que la ingeniería se involucre en el tipo de resolución de problemas en profundidad que se requiere para encontrar nuestro camino a través de los problemas del siglo XXI, porque reconoce la complejidad y desarrolla habilidades para navegar por ella. Esto abre a la ingeniería a una gama más amplia de posibilidades; promueve la toma de decisiones intencionales en torno al propósito y enfoque de la ingeniería; y destaca la necesidad de involucrar de manera significativa a las partes interesadas para que las soluciones sean genuinamente equitativas y sostenibles, en lugar de simplemente cumplir adecuadamente los parámetros técnicos.
Para corregir los problemas con el marco, nuestro grupo de organizaciones y simpatizantes de Ingenieros Sin Fronteras insta a que lo siguiente sea vital para transformar a los ingenieros formados para el siglo XX en ingenieros capaces de abordar de manera positiva los complejos problemas del siglo XXI:
- Énfasis en el pensamiento crítico como piedra angular fundamental de la competencia en ingeniería; en analizar críticamente y criticar el papel de la ingeniería, su relación con la humanidad y su impacto en nuestro pasado y futuros potenciales.
- Una comprensión más profunda de los problemas éticos inherentes a la ingeniería debido a la relación entre la ingeniería, las personas y el planeta, y un mayor enfoque en el desarrollo de las habilidades necesarias para navegar por estos problemas.
- Mayor reconocimiento del conocimiento necesario para realizar juicios de ingeniería efectivos, incluido el reconocimiento explícito del valor de las ciencias sociales para ayudar a los ingenieros a comprender las implicaciones de su trabajo.
Nuestro grupo de organizaciones de Ingenieros sin Fronteras está promoviendo activamente estos elementos vitales ayudando a los estudiantes y profesionales a desarrollar las habilidades para reflexionar y pensar críticamente sobre la ingeniería, y al establecer conexiones con científicos sociales, líderes indígenas y otros grupos con conocimientos importantes sobre la relación entre la ingeniería y la sociedad. Agradeceríamos la oportunidad de trabajar más de cerca con la International Engineering Alliance y otros grupos para apoyar este cambio crucial hacia la mentalidad de ingeniería.
No tenemos planeta B y el tiempo se acaba. Para garantizar que la ingeniería sea beneficiosa para todos, la mentalidad de la ingeniería debe cambiar para incluir la reflexión y el pensamiento crítico sobre el papel de la ingeniería en sí.
Esta declaración ha sido compilada por Ingenieros Sin Frontera Internacional con la entrada de las siguientes organizaciones de Ingenieros sin Fronteras (presentadas alfabéticamente): Australia, Brasil, Canadá, Estados Unidos de América, India, las Filipinas, Países Bajos y Reino Unido.
El movimiento mundial Ingenieros Sin Frontera tiene representación en 60-100 países en todo el mundo con miles de seguidores activos en la industria de la ingeniería y la academia.
Para más información, por favor contáctanos: admin@ewb-international.org